Sólo vino a llevarse mi túnica

Amanecía y adormilado escuché como alguien se quejaba en la calle. Me asomé receloso a la ventana. Las pandillas de la Perseverancia son bravísimas, era un verdadero riesgo que lo pillaran a uno espiando sus fechorías. Pude ver a una mujer joven gritando desesperada,...