He llorado todos estos días y no tengo calma. He recordado lo feliz que he sido en un abrazo. Son días tristes y lejos de poder seguir escribiendo, me he dedicado a leer como quien toma medicina y busca sanarse. Leer me repone, me sostiene, me relaja. Me recuerda que nunca estamos solos que todo pasa. He llorado con todo mi cuerpo. He vuelto a los libros que me gustan. Abrir un libro, depositar la fe con locura y no dudar del mañana. Leer para soñar. Leer para abrazar nuevamente a la familia, a tantas personas que se han ido sin ser despedidas. Leer para olvidar la enfermedad y la muerte que nos rondan. Leer para pensarnos. Leer para no olvidar. Leer para aceptar. Leer para mitigar el dolor. Leer para valorar la vida. Leer para soñar con el amor y la esperanza. Leer para seguir viva.
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