El césped se veía más verde que el suyo, las flores eran más hermosas. Y el coche, ay el coche, justo el “Porsche” que él siempre ha soñado tener, pero nunca tendrá. Ahí sale, qué estilo, qué armonía de movimientos. Seguro que va a buscar a Valentina. Pero no la encontrará. Valentina está con él, aunque no tenga un césped tan verde, ni un jardín rebosante de flores ni un “Porsche”. Él es él, y Valentina lo sabe. 

Beatriz Giovanna Ramírez